A los 31 años, Mauro Luengo aprendió que para transformar una ciudad no hacen falta cargos ni presupuestos. Alcanzan unas manos llenas de tierra, un poco de paciencia y la voluntad de vo
Por Juan Manuel Negri, especial para NOVA “Primero fue el shock del viernes: estaba cenando cuando recibí mensajes de mis padres que me escribían desde Bahía Blanca para ver