La investigación, a cargo de la UFIJ Número 19, se inició en febrero del 2021 por un procedimiento originado tras una pelea en la vía pública donde Oyarzún fue agredido por otras dos personas y, al ser atendido en el hospital, refirió haber sido víctima de la sustracción de su mochila.

Cuando la mochila fue recuperada por personal policial de Mayor Buratovich observaron que en su interior había estupefacientes y un celular, por lo que se procedió a su secuestro.

Del análisis del teléfono surgieron varias comunicaciones que vinculaban a Oyarzún con la comercialización de marihuana y LSD, desde octubre de 2019 en Mayor Buratovich, y su vinculación con otras personas que vendían droga en esa localidad y Bahía Blanca.

De esa manera avanzaron hacia la realización de siete allanamientos que permitieron secuestrar más evidencia.

Entre algunas de la conversaciones valoradas por los jueces al momento de dictar sentencia, se destacan preguntas o afirmaciones de Oyarzún, como “cuántos querés?”, “...pero bancá, tipo 1 sale la movida?”, “te quería avisar que si querés salen unos sueltos en 100”, “amigooo, cómo estás?, está semana quizá salgan atacados de 20 en 2500”, “super ricas.., te aviso bien bien mañana a la mañana..” y “cabezón, sueltos de flores en $200”, entre otras.

En su condena se contempló como agravante la extensión del daño causado en función del amplio tiempo de comercialización, la realización de maniobras en dos ciudades distintas (Mayor Buratovich y Bahía Blanca), la multiplicidad de sustancias que vendía (marihuana y LSD) y que entre los lugares que se utilizaba como punto de encuentro para la venta estaba la plaza Caferino de la localidad de Mayor Buratovich “lo que provoca una mayor exteriorización de la conducta ilícita”.