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Imposible vivir

Los vecinos del Paseo de las Esculturas reclaman ruidos ensordecedores, picadas de vehículos y velocidades imprudentes

El Paseo de las Esculturas prometía ser un punto de encuentro y orgullo para la comunidad.

Hace treinta años, el Paseo de las Esculturas, un rincón de encuentro y recreación enmarcado por las obras del Simposio de 1993, emergió sobre el arroyo Napostá, entre las calles Casanova y Sarmiento. Una iniciativa que prometía ser un punto de orgullo para la comunidad se ha transformado en una fuente de tormento para los residentes de la zona.

Desde su inauguración, este espacio público se convirtió en un refugio para los amantes del arte y la naturaleza, ofreciendo un respiro en medio del paisaje urbano. Sin embargo, este oasis se ha visto empañado por una serie de problemas que han atormentado la tranquilidad de los vecinos.

Los residentes, que alguna vez disfrutaron de mejoras urbanas favorables, ahora luchan contra una marea de ruidos ensordecedores, picadas de vehículos y velocidades imprudentes que hacen que la vida cotidiana sea casi imposible. Lo que una vez fue un lugar de paz se ha convertido en una pista de carreras clandestina y un escenario para exhibiciones de poder automotriz.

A pesar de los persistentes llamados de los residentes, las autoridades municipales han luchado por encontrar una solución duradera. Sin embargo, recientemente, un rayo de esperanza ha iluminado el horizonte, con la municipalidad intensificando los controles en el área y aumentando el número de confiscaciones de vehículos y motocicletas con escapes inadecuados.

La misión de restaurar la paz en este paraíso perturbado ha sido una tarea ardua desde el principio. Hace cinco años, los residentes comenzaron a alertar sobre la peligrosa velocidad de los vehículos en las calles adyacentes, señalando el riesgo para los niños que juegan en la zona. Sin embargo, estas preocupaciones iniciales han sido eclipsadas por la creciente cacofonía de música estridente, motores rugientes y neumáticos chirriantes que ahora plagian las noches y las mañanas en el vecindario.

Federico Montero, a cargo de la Agencia de Seguridad, Emergencias y Respuesta Inmediata del municipio, declaró que se están implementando medidas para abordar estos problemas, con controles más estrictos y confiscaciones de vehículos que no cumplen con las regulaciones de ruido.

Sin embargo, el desafío persiste, especialmente en el caso de la música a alto volumen, donde la coordinación entre denuncias y acciones municipales se convierte en un laberinto burocrático. Aunque las leyes y ordenanzas existen para regular estas conductas, la falta de autoridad para imponer sanciones efectivas plantea obstáculos adicionales en el camino hacia la paz.

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