La bronca surge de miles de vecinos de barrios que año tras año sufren los cortes pero que han sido sometidos a grandes privaciones y falta de servicios producto de la catástrofe socioambiental.

Como si fuese poco, el plan de contingencia de la empresa para esta semana es de poner a disposición tan solo 12 camiones cisterna para abastecer los reclamos.

En campaña el intendente Federico Susbielles de Unión por la Patria recorrió los barrios populares prometiendo un cambio respecto a las problemáticas que dejaban relegados a quienes más necesitan.

Sin embargo, ahora las familias vuelven a encontrarse sin recursos para higienizarse, hidratarse, lavar alimentos, desagotar el baño, etcétera.

Algunos vecinos comentan que "deben levantarse a la madrugada, donde corre un poco de agua, para llenar bidones y baldes para bañarse por la mañana".

En este contexto, se ven obligados a reemplazar el horario de descanso para recolectar agua, para luego ir a trabajar y encontrarse sin agua para bañarse al volver.

También expresan que "hay personas que se encuentran postradas en una cama, enfermas o sin movilidad, que no pueden salir a buscar agua".

Ante el reclamo, ABSA responde que no pueden llevar adelante soluciones por la falta de medidores que los mismos vecinos piden hace años.

Desde el Municipio la respuesta es que por las consecuencias del temporal se encuentran sin presupuesto para obras públicas.

Esta actitud pasiva del municipio está en consonancia con gestionar la crisis en la que se encuentra el país, dando gobernabilidad al Estado nacional y provincial, este último comandado por Axel Kicillof (estado que posee el 90 por ciento de la propiedad de ABSA).

Sin embargo no todos están en la misma situación. Desde la sanción de una ley en 2002 dictada por el Gobierno de Eduardo Duhalde, la ciudad entera podría quedarse sin agua pero el Polo Petroquímico debe recibir el servicio de forma ininterrumpida para sostener su producción y sus ganancias.