Tres Arroyos
Tiene una prueba clave

Tres Arroyos: denuncia que le armaron una causa y exige su inmediata libertad

Se trata de Juan Carlos Garcilazo, quien está detenido y exige que se revea su causa.
Explicó que es víctima de una cama con complicidad de la fiscal, Verónica Vidal.

Se trata de Juan Carlos Garcilazo, quien está detenido y exige que se revea su causa porque es víctima de una cama con complicidad de la fiscal, Verónica Vidal.

El hombre de Tres Arroyos vive un calvario a raíz de un conflicto familiar que derivó en una denuncia en su contra promovida por su ex cuñado.

En una investigación con muchos idas y vueltas y resoluciones poco claras por parte de la juez, Garcilazo había sido hallado penalmente responsable del delito de “privación ilegal de la libertad y robo calificado por ser cometido en despoblado” en junio de 2014, y cinco años después de aquel supuesto episodio fue capturado tras que se agotaron las instancias de apelación.

Garcilazo está en una unidad penitenciaria, donde cumple su condena de cinco años y tres meses de prisión. Mientras tanto él y sus hijos piden que se retrotraiga esa sentencia por estar viciada de nulidad, debido a que los magistrados que trabajaron en la causa, no aceptaron algunas de las pruebas presentadas por la defensa.

En su momento, una mujer lo había denunciado alegando que dos personas que se movilizaban a bordo de una camioneta la habían interceptado cuando se dirigía en bicicleta a pagar la transferencia de un vehículo, de los cuales uno de ellos habría sido Garcilazo. Los sujetos la habrían manoseado y le habrían robado la cifra de 15 mil pesos que llevaba consigo.

Sin embargo, tanto el hombre como sus hijos, sostienen que todo es parte de una causa armada, teniendo en cuenta que la mujer que realizó la presentación sería la pareja del ex cuñado de Garcilazo, con quien el acusado había tenido un altercado familiar. En ese marco, afirman que la falsa denuncia se deba a una venganza.

Según sostiene el acusado, el día que presuntamente sucedió todo, él se encontraba trabajando en su taller que tiene desde hace 30 años. Además, una de las pruebas que intentó presentar y que la fiscalía rechazó, eran tres mujeres de la localidad de Batán a las que se les había roto el auto en la estación de servicio YPF de Tres Arroyos, y que él las había atendido.

En total, serían 12 los testigos que aseguraron que, en el momento del robo, el acusado se encontraba trabajando, pero la fiscalía no los tuvo en cuenta a la hora de encarar la investigación, como así también no utilizó las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.

Para determinar la culpabilidad de Garcilazo, los magistrados sostuvieron que en apenas 13 minutos salió de su taller, secuestró a la mujer, le robó y volvió para continuar con su jornada laboral.

Lo que sostienen desde su entorno, es que los jueces actuaron bajo presión de la opinión pública y desde entonces vienen solicitando que revisen la acusación.

Sin embargo, lo más curioso del caso es que, pocos días después de que la justicia determinara detener al mecánico, la misma mujer lo denunció le hizo llegar por intermedio de un tercero, un testimonio escrito de puño y letra que fuera firmada ante escribano público, en el que confesaba que había actuado bajo amenaza por parte de quien fuera su pareja, Miguel Castaño, el ex cuñado del propio Garcilazo.

Desde ese momento, el mecánico continúa detenido sin sentencia firme y sin revisión de su condena. "Me encuentro detenido siendo inocente, con una causa injusta, con testigos y pruebas y la verdad que hoy está en revisión en casación hace más de cuatro meses y yo hace un año y ocho meses que estoy preso", le comentó a NOVA.

A pesar de tener esa prueba contundente que demostraría no solamente su inocencia, sino que fue víctima de una falsa denuncia, la justicia no se ocupa de su causa y siguen sin determinar su excarcelación. “Me arruinaron la vida, tengo a mi esposa y a mis hijos destrozados. Estoy pagando una condena que no existe”, concluyó Garcilazo.

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