Detienen en Tres Arroyos a uno de cuatro delincuentes que robaron $1.000.000 en Necochea
Este jueves por la tarde, el importante robo de dinero en un campo de Energía, partido de Necochea, terminó en una cinematográfica persecución y tiroteo en Tres Arroyos, con la detención de uno de los cuatro responsables del ilícito. Los ladrones –entre pesos y dólares– se alzaron con 1.200.000 pesos en efectivo.
Los delincuentes fuertemente armados asaltaron el lugar y se llevaron el dinero en efectivo, cuyo dueño tenía dispuesto para la compra de una casa. Héctor Rivero en ese momento estaba en el establecimiento junto a su esposa, pero ninguno recibió maltrato físico.
Tras el hecho, los asaltantes se dirigieron a Tres Arroyos en una camioneta Chevrolet S10 que también robaron en el mismo campo.
Al darse el alerta sobre el suceso, la policía comunal puso un control en Monteagudo y Ruta 228, mientras que un móvil del Destacamento Vial salió a enfrentar a la camioneta buscada.
Finalmente lograron interceptarlos y se produjo un intercambio de disparos sin que hubiera heridos, aunque sí quedaron los balazos marcados en ambos rodados, el robado y el patrullero.
En ese sitio chocaron las dos camionetas. Los delincuentes se bajaron y huyeron a pie por los interiores de las viviendas del Plan Federal que hay en el lugar.
Uno de ellos se ocultó en el interior de un auto en el patio de una de las casas, pero fue detenido, identificado como Héctor Ariel Pereyra, de 48 años, oriundo de Tres Arroyos, aparentemente sin antecedentes policiales. Los tres restantes son intensamente buscados.
De inmediato, Pereyra fue llevado a la dependencia local, donde se encuentra a disposición de la Justicia necochense que actúa en el caso. Mayores datos del robo no pudieron conocerse, dado que en el CPR de Necochea todavía no había iniciado las actuaciones sumariales.
En el interior de la camioneta no encontraron ni el dinero ni los demás elementos robados, pero sí dos revólveres: uno calibre 22 y otro 38, considerado arma de guerra. De la casa falta además un televisor, un teléfono celular y otros elementos que probablemente los ladrones desecharon al encontrarse frente al suculento botín.
