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La salud en riesgo

Renuncias masivas en el Hospital Penna: temen un efecto dominó en otros servicios

Se trata de dos médicos y dos becarios que cumplían funciones en el área de Guardia y pertenecían a Clínica Médica.

Al menos cuatro médicos renunciaron a su cargo del Hospital Interzonal Dr. José Penna, pero podrían producirse más bajas. Éstas se suman a la decena de profesionales que ya dejaron el hospital en el último año. Se trata de dos médicos y dos becarios que cumplían funciones en el área de Guardia y pertenecían a Clínica Médica. Por lo pronto, la situación sobrecarga al sistema de salud pública de la localidad, pero afecta sobre todo a la región del sudoeste bonaerense, ya que el nosocomio funciona como único centro de derivación en esa área de la provincia.

La información fue confirmada por Pablo Acrogliano, presidente de la Asociación de Profesionales del H.I.G. Dr. José Penna, quien afirmó que “si esto no se resuelve, otros servicios se sumarían a las renuncias”. El motivo, que según se reconoció “excede a esta Dirección”, es de larga data y se origina por la falta de personal, un ambiente laboral adverso y los bajos salarios para las cargas horarias, en comparativa con otros nosocomios.

En la actualidad, un médico de planta con una carga horaria de 36 horas –con guardia-, gana un básico de 9.744 pesos, salario por debajo de la línea de pobreza, más una bonificación por guardia de 7 mil. “En el caso de un becario, que es un trabajador en negro, el pago es menor”, indicó Acrogliano.

En mayo del 2016 se había realizado una serie de jornadas de protesta donde se lamentaban que “nadie cuida a los que cuidan”. Reclamos salariales, mejoras edilicias y de aparatología, bloqueos en las jubilaciones y cargos que no se reemplazaban, eran las preocupaciones de ese momento. A más de un año, parece ser que la problemática y la desatención por parte del Ministerio sólo se han agudizado.

¿Hospital fantasma?

A la hora de hacer una radiografía de la situación actual, el profesional describió: “Esto genera frustración, desánimo y desgano para realizar la tarea diaria. Lo más grave es que desde hace años no se cubren todas las vacantes de residencias, en la Guardia faltan cargos, los colegas renuncian y se van”.

“Un hospital, centro de derivación, que fue referencia, elegido por médicos, se está quedando vacío, tenemos grandes obras en un lugar sin profesionales”, apuntó Acrogliano, al momento de indicar que ningún médico de guardia elige, actualmente la institución, sabiendo que “nace y muere en la guardia” por falta de planificación.

Desde mediados de 2017 y durante un año se llevan a cabo tareas de refacción de las instalaciones de la Guardia, con una inversión estimada en 90 millones de pesos. Debido a eso, se montó un servicio de contingencia que funciona en el subsuelo del nosocomio, al 50 por ciento de su capacidad y dejó a los profesionales sin un lugar propicio para descansar o comer, aunque se pretendió mantener la misma afluencia de atención.

Desde el Ministerio esperan, una vez finalizada la obra, poder duplicar la cantidad de pacientes recibidos por día. La pregunta que ronda entre quienes conviven en el hospital es si en esa ecuación incluye aumentar también el número de profesionales abocados a ese servicio y ofrecer una mejora salarial para que la propuesta sea interesante, ya que en los últimos llamados a concurso no se presentan interesados.

Además, no hay salas de espera para los pacientes, quienes fines de semana o feriados deben ingresar a las instalaciones por escalera si no cuentan con un vehículo (la rampa sólo es para automóviles). Esto generó un descontento en los mismos, aumentando los casos de violencia hospitalaria de pacientes hacía profesionales, ocurriendo hasta un hecho grave por semana.

Basta con recorrer los pasillos del que supo ser el hospital público más moderno del país para entender lo que se vive. Médicos llorando, servicios en crisis, angustia generalizada y, sobre todo, en esta situación y si las cosas no cambiaran radicalmente, la atención de urgencia al paciente para nada garantizada.

Ante este panorama, sabiendo que la atención en guardia ya se está viendo afectada y que las renuncias masivas se replicarían en otros servicios, no es desacertado pensar que pronto el Hospital Penna podría convertirse en un lugar fantasma, referenciando a Acrogliano, quien sostuvo: “Vemos un gran hospital vacío de gente”.

Asamblea

El 7 de noviembre se realizó una asamblea general con profesionales de la salud, donde participaron casi un centenar de personas. En la misma, se expuso la realidad que se vive no sólo en guardia, sino en distintos sectores en crisis y se decidió convocar a las autoridades de Dirección de Hospitales al Penna y dar a conocer a la comunidad las posibilidades reales de atención en estas condiciones.

Acrogliano, quien es neumonólogo y jefe de Sala de ese servicio, advirtió que “un solo profesional que se vaya, desestabiliza todo porque somos pocos” y sostuvo: “Queremos que la gente venga al hospital, pero en estas condiciones no se le puede brindar la atención que merecen”.

El problema parece reducirse a una falta de decisión ministerial y por ahora no se vislumbra solución. Desde la Asociación de Profesionales temen un efecto dominó y reflexionan: “Tendríamos que pensar en políticas de salud del Estado y no en el estado que la política deja la salud, hoy, el Penna, da pena”.

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